Cuando hablamos de arte siempre nos viene a la
cabeza el cuadro de la Gioconda o algún cuadro histórico típico de las portadas
de los libros. Esto se debe a que la mayoría de la gente considera que ese tipo
de cuadros son arte, pero ¿qué pasa cuando se trata de cuadros del siglo XX?
Las personas normalmente tienen en mente a aquellos
artistas que han sido reconocidos a nivel mundial y que son mundialmente
famosos, que normalmente son artistas que plasman la realidad de diferentes
formas. Por ejemplo, en el Renacimiento, los artistas plasmaban la realidad lo más
perfecta que podían a su modo de ver, con las proporciones e influencias de los
clásicos griegos y romanos; en el Barroco, la forma de representar la realidad
era a través de los claroscuros de forma que mostraban a la nobleza iluminada y
los demás oscurecidos; en el Impresionismo pretendían plasmar la realidad a través
de la joie de vivre, mirando el mundo lleno de luz.
Nos dedicamos a analizar las obras de los artistas más
reconocidos y a cada uno nos dice algo, sin embargo a aquellos que no tienen
sensibilidad y no les llega un cuadro normal tal vez puedan llegarles más los cuadros
de los artistas contemporáneos.
Por ejemplo, la gente suele percibir más cosas del “Guernica”
que de “Las meninas” de Velázquez. Con Velázquez admiran la técnica y la composición
incluso el juego de imagen que realiza con las figuras, pero muchos de los espectadores
afirman que no les hace sentir mucho, sin embargo, ha habido personas con gran
sensibilidad artística que incluso lloran al ver el cuadro de Picasso, ¿Por qué
sucede esto? Todos estamos de acuerdo que el cuadro mejor pintado que más
contiene a mimesis es el de Velázquez, entonces ¿por qué gusta más el de Picasso?
La respuesta se halla en otro artista, esta vez
Miró, quien usa el surrealismo y la abstracción para pintar. Estos artistas
consiguen transmitir algo más que un cuadro bien pintado o bien compuesto,
consiguen transmitir un sentimiento con los colores, otro con la forma y otro
con la composición, dando lugar a un concepto. No son cuadros hechos para
admirar al nivel de Murillo o Goya, son cuadros hechos para reflexionar y pensar
que se esconde tras esas formas difusas.
No obstante, no debemos confiar demasiado en esto,
mucha gente se aprovecha del arte contemporáneo y el arte conceptual para
lucrarse sin tener ningún tipo de habilidad. Por ejemplo, imaginemos que
alguien pinta un triángulo rojo y lo expone en un museo, muchos de los
espectadores pensaran que se trata de algún tipo de símbolo e intentaran buscar
su significado cuando no es más que un triángulo cualquiera.
El debate sobre que arte es mejor o mejor transmite
varia obviamente pues no todos poseemos la misma percepción. Sinceramente lo
mejor es que no se pongan al mismo nivel, un cuadro histórico estaba hecho para
retratar algo o alguien y un cuadro contemporáneo está hecho para transmitir un
concepto.